Olea europaea / Olivo
Olea europaea L. / Olivo
-Fam. Oleáceas
Árbol de hoja perenne que en nuestra tierra apenas supera los 5 m de altura, pero puede llegar hasta los 15 m en condiciones favorables. El tronco es retorcido y de color gris. Las hojas son duras, opuestas, con forma ovada, lanceolada o elíptica. Flores pequeñas y blanquecino-verdosas. El fruto es la oliva o aceituna, negra al madurar.
El olivo se cultiva desde hace milenios en la Península Ibérica (al menos desde la colonización fenicia), pero ya existían antes los acebuches (Olea europaea var. sylvestris), que son los antecesores silvestre de los olivos. Éstos viven en lugares cálidos sobre todo cerca de litoral marítimo y zonas bajas. Sus pequeñas aceitunas producen un aceite de calidad excepcional. No hemos podido encontrar referencias o datos propios respecto a la existencia de «olivos silvestres» en nuestra zona.
En los campos de secano alcarreños se cultiva una variedad adaptada a los inviernos fríos y largos llamada verdeja o castellana, que produce la denominación de origen «Aceite de La Alcarria«. En mucha menor cantidad podemos encontrar olivos de las variedades cornicabra, asperilla, gordera y manzanilla. Gran parte de estos cultivos se han perdido por lo escaso de su rentabilidad, entre otras razones por estar situados en poyatas o andenes (bancales) en laderas con pendiente.
Propiedades medicinales: las hojas son hipotensoras y diuréticas. El aceite de oliva es un componente principal en nuestra dieta, rico en ácidos grasos monoinsaturados, laxante suave y facilita la expulsión de la bilis retenida en la vesícula (acción colagoga).
Florece en mayo. Las olivas se recogen a partir de finales de noviembre, cuando han cogido peso y se arrancan con facilidad de las ramas; la recolección continúa al menos hasta enero, ya que en nuestra zona no se ha mecanizado el trabajo y se hace todo a mano, normalmente mediante ordeño. Frecuentemente el proceso dura varios días en las explotaciones pequeñas, que son la mayor parte. Las olivas verdes o negras se recogen para encurtirlas en salmuera, adobadas con ajo, ajedrea, hinojo, cáscara de naranja o laurel. Rajadas o machacadas para que pierdan el amargor, o también puestas en agua corriente o con sosa para el mismo fin.
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